domingo, 12 de marzo de 2017

Utopía

He caminado sin rumbo, intentando encontrar una línea de meta que pudiese traspasar. Lo he hecho en silencio pero gritando, sonriendo mientras me secaba las lágrimas con el dorso de la mano.

Me he detenido buscando una bocanada de aire fresco como lo hace un recién nacido que no sabe lo que es llenar cada alvéolo de oxígeno y, sin embargo, el instinto le dice que es la única forma de estar vivo.

Me he caído, me he roto el pantalón y me he clavado incontables chinas en la mano. Pero me he levantado, me he sacudido el polvo y he continuado.

He repetido inconscientemente mil veces este proceso y no he conseguido toparme con ninguna bandera a cuadros.

Exhausta, he analizado la situación y me he dado cuenta de que he cometido varios errores... No mirar atrás y creer que caminaba sola.

(Acabo de entender por qué Machado decía que “al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar”)

Ahora, miro a los lados y veo a todas esas personas que me han acompañado siempre, que se han detenido en busca de esa bocanada de aire, que se han caído y se han levantado sacudiéndose el polvo, dejando ese orificio en el pantalón.

También puedo observar a aquellos que nos miran desde la barrera, a los que giran la cabeza al vernos pasar, a los que nos aplauden e incluso a los que se echan las manos a la cara y nos increpan.

Cada uno tiene una historia y un camino que narrar pero hay algo que les une, ninguno tiene sangre en las manos, ni polvo en sus ropas.

Hoy he entendido por qué no hemos sido capaces de encontrar esa bandera y esa meta a pesar de los kilómetros recorridos.

Hoy he recordado por qué aquel día en el que todavía paseaba de la mano de mi madre, al preguntarle que qué era la igualdad; tras un breve pero eterno silencio, me respondió: “una utopía, cariño, pronto lo entenderás”

1 comentario:

  1. UTOPÍA ha sido elegido en el concurso #historias de la igualdad de la editorial Zenda como uno de los 20 finalistas.... ENHORABUENA!!!Q!Q

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